jueves, 12 de junio de 2008

Ejercicio de tolerancia - Los neo hippies

Debo asumirlo con humildad, soy una jetona que como pez, muere siempre por la boca. Condenada eternamente al peso de mis propios razonamientos y a la ligereza con la que escupo chistes imprudentes. Esto, sumado a mi mala suerte, siempre me ha llevado a terminar pidiendo disculpas y a tragarme mis palabras -casi siempre despotricantes y violentas-.

Asi comienza mi ejercicio de tolerancia. Aceptando que en esta vida debe haber más que solo sonidos estridentes y "tupá tu tu papas" agresivos. Sí, debe haber también cursilería melódica y caramelos bien publicitados para que exista el justo balance. Deben haber reflexiones pacifistas y toda esa mierda (¡que como me cuesta no definirla de esa manera!) que alega estar "happy" y produce ganas de tomarse de las manos y bailar el círculos (a mi particularmente no me produce ese sentimiento). Deben existir esas bandas de "rock n roll", de "pop rock" y de "alternativo" para que los chicos con converse y camisas de Hendrix se sientan integrados y vacilen con los panas... y aunque suene a puro sarcasmo (confiezo que resulta casi imposible escribir esto sin caer en la tentación de usar ese recurso) soy honesta cuando digo que aceptaré y abrazaré a los neo hippies de ahora en adelante, con un abrazo tan puro y entregado que John Lennon quedará como un guerrero espartano frente a mi sumisión. ¿Por qué? porque debo hacerlo y porque se me cae la cara de verguenza cada vez que la vida me hace una de esas jugadas irónicas que seguramente inspiraron a Alanis Morisette a escribir el hit que la llevó a la fama.

Un día remedo a este pobre ser y al otro día lo encuentro en mi salón de clases...

No culpo al resto de los integrantes de esta banda caraqueña (que todos sabemos quienes son y si no lo saben no importa, ya lo sabrán) si guardan rencor hacia mi persona.


Aprovecho entonces este espacio que me ha dado la coalición para enfrentar mis errores y ofrecer mis disculpas para con toda la población neo hippie de Caracas. Espero que disfruten del concierto de Fito Páez y que lloren de alegría con Circo Beat; ojalá consigan reunir toda la discografía de los Beatles y que vivan lo suficiente para ver a Yoko Ono morir (todos odian a Yoko ¿no?); si algún día me hago millonaria traeré a Davendra Banhart y haré un show privado, solo para hippies y alternativos venezolanos, incluso prometo no asistir para que no vean mi cara de asco. Correré por los campos de fresas con ustedes agarrados de las manos para demostrar mi arrepentimiento.

Let it be... supongo.